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Ícaro

Ave oscura (¿no era blanca?)

Hacia donde has volado ave mía?, en qué lugar has estado que has perdido el color?...
Cuánto tiempo más he de esperar tu regreso?
Hoy te quiero decir cosas que nunca te he dicho pero no sé cómo hacerlo... Primero que nada comenzaré con lo que ya sabes, que eres única, que te amo y que quemaría mil veces más mis alas por tí... pero...
He pasado tanto tiempo esperando verte volar por estos cielos que a veces pienso que mi espera por ti sería eterna. Qué lástima, hace tantas lunas que no me ves volar y ahora te acabas de perder el último de mis vuelos. Y lo peor es que no sé ni para cuándo eso vuelva a suceder. Estoy aquí, de nuevo, naúfrago en el mar de mi propia existencia, con las alas ajadas.
Cuando te conocí por primera vez, hace ya doce años, me mostraste un plumaje brillante que presumías en cada aleteo. Entonces mis alas no se comparaban con las tuyas, aún no tenían forma, eran prematuras. Con el tiempo fui aprendiendo de ti a desplegar mi vuelo y fue gracias a ti que conocí el significado del amor... aunque después haya sido merecedor de tu desprecio. Después ya ni siquiera te atrevías a voltear hacia abajo más que para burlarte del torpe vuelo de un esclavo con alas artificiales. Y luego volaste lejos, de donde creí que ya no regresarías, pero lo hiciste, volviste de tu ausencia, y aunque tu vuelo se había vuelto más lento y bajo --o acaso el mío ya era más alto-- me mirabas aún con despotismo... pero no por mucho tiempo. Con el pasar de los meses aprendimos a volar por el mismo cielo, sin temor de compartirlo el uno con el otro y hasta volábamos juntos, uno al lado del otro.
Qué tiempos aquéllos... Nunca creí añorarlos tanto.
Pero henos aquí, yo sin saber de tí ni tú de mí.
Recuerdas cuando solíamos decir que siempre estaríamos ahí para cuando nos necesitáramos?
Yo sí.
Pero en aquel entonces no teníamos ni idea de las cosas que se avecinarían, de las torrenciales lluvias que hundirían nuestro cielo y borrarían las palabras dichas con tanta firmeza.
Y ahora estoy aquí viviendo mi vida... Ah, porque ya tengo, oficialmente, una vida --bueno, sies que a esta existencia se le puede llamar vida--. La conseguí hace algún tiempo en un cibercafé.
Ya no es tu vida, ni la de Leo, ni la de Lana la que estoy viviendo. Es mía. Al fin tengo una para mí. Y ya puedo decir que es intensa --aunque a los ojos de algunos parezca más bien vertiginosa--, con sus más y sus menos, pero mía a fin de cuentas. Y no es que me esté despidiendo de nadie, simplemente estoy tratando de encontrarle un sentido a las cosas sin tener a alguna persona como guía.
Trato de vivir sin necesitarlos, desprendiéndome de las cadenas que me mantienen unido a tí, a ustedes; de ser independiente; de darme cuenta de que no siempre estarán ahí, para mí, cuando los necesite. De enfrentar mis problemas solo (como siempre, pero esta vez sin falsas promesas o ilusiones de su aliento) y aceptar las consecuencias. Eso es lo que quiero. Ser feliz sin depender de alguien para ello.

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Fausto -

killing me softly