De vuelta a clases
El primer día de mi sexto semestre. No me quejo.
Para empezar me alegró ver a la mayoría de las personas con la que tomo clase: Chale, Coco, Bere, Bertha, Agus, Kenia, Brenda, Bety, Cuate... (el orden es en el que me los fui encontrando); y sobre todo me alegró darme cuenta de que por primera vez en muchos meses llegué puntual y no tuve que arriesgarme a chocar con algo o alguien al derrapar por los pasillos del módulo.
1a. Clase: Teoría de juegos. El profesor corroboró todos los rumores que corren respecto a su famosísimo chovinismo al hacernos gala de un ejemplo (que poco tenía que ver con la economía) poniendo a la mujer en el punto del rìdículo, ejemplo que nos fastidió a Cuate, a Kenia y a mi (aunque resultó algo gracioso)... Luego, su moralista comentario con respecto al dinero y la calidad de las personas que más que nada, pareció pretencioso; si utilizo sus propias palabras diría que fue somálico. Un imbécil.
Inglés. Nos sirvió para entrar en calor, despavilarnos y hacer algo de ejercicio.
Tercera Clase: el profe no fue. Pasamos, Cuate y yo, dos horas platicando de nuestras respectivas vacaciones. Me alegró saber que ella había regresado revitalizada y con ganas de... echarle ganas, pero más me alegró comentarle de mi propia alegría y así disfrutar juntos nuestra nueva felicidad.
La última clase fue especialmente aburrida. A pesar de que la profesora nos dejó salir mucho antes, pareció una eternidad. Los bostezos no se hicieron esperar. Ah, por cierto, en esta clase me enteré de que me habían vuelto a elegir como su jefe de grupo sin siquiera preguntarme; tontos, los dejaré con su cargo volando.
No puedo decir que fue un mal dìa. Al contrario, creo que pocas veces regreso a clases con tanta energía. Veremos cuánto me dura.
Para empezar me alegró ver a la mayoría de las personas con la que tomo clase: Chale, Coco, Bere, Bertha, Agus, Kenia, Brenda, Bety, Cuate... (el orden es en el que me los fui encontrando); y sobre todo me alegró darme cuenta de que por primera vez en muchos meses llegué puntual y no tuve que arriesgarme a chocar con algo o alguien al derrapar por los pasillos del módulo.
1a. Clase: Teoría de juegos. El profesor corroboró todos los rumores que corren respecto a su famosísimo chovinismo al hacernos gala de un ejemplo (que poco tenía que ver con la economía) poniendo a la mujer en el punto del rìdículo, ejemplo que nos fastidió a Cuate, a Kenia y a mi (aunque resultó algo gracioso)... Luego, su moralista comentario con respecto al dinero y la calidad de las personas que más que nada, pareció pretencioso; si utilizo sus propias palabras diría que fue somálico. Un imbécil.
Inglés. Nos sirvió para entrar en calor, despavilarnos y hacer algo de ejercicio.
Tercera Clase: el profe no fue. Pasamos, Cuate y yo, dos horas platicando de nuestras respectivas vacaciones. Me alegró saber que ella había regresado revitalizada y con ganas de... echarle ganas, pero más me alegró comentarle de mi propia alegría y así disfrutar juntos nuestra nueva felicidad.
La última clase fue especialmente aburrida. A pesar de que la profesora nos dejó salir mucho antes, pareció una eternidad. Los bostezos no se hicieron esperar. Ah, por cierto, en esta clase me enteré de que me habían vuelto a elegir como su jefe de grupo sin siquiera preguntarme; tontos, los dejaré con su cargo volando.
No puedo decir que fue un mal dìa. Al contrario, creo que pocas veces regreso a clases con tanta energía. Veremos cuánto me dura.
0 comentarios